La nevera viajera
Cuando nos enfrentamos a algún objeto con óxido el primer impulso es tirarlo, pero en la mayoría de los casos es posible recuperarlo y darle una nueva oportunidad.
Aquí tenemos una nevera pequeña muy práctica para llevar de vacaciones que aunque funcionaba estaba en mal estado óxido en el exterior.
Lo primero es limpiarla y desmontarla en lo que se pueda y forrar los elementos eléctricos para no dañarlos.
Después, una buena lijada para eliminar todo el óxido.Para ello usaremos una lijadora con lija para metales.
El siguiente paso es darle una imprimación que dejaremos secar según la indicaciones del fabricante.
A continuación damos dos manos del color elegido. En este caso es un color gris claro. En este trabajo se ha aplicado a pistola, pero en caso de no disponer de una se puede dar con un rodillo que no deje pelusa.
Una vez seco, montamos las piezas y ya tenemos una neverita para llevar la nuestra bebida fresca en el coche o furgoneta. Todo un lujo.
El cartel vuelve a leerse
El cartel de la urbanización estaba fatal. Vapuleado por la lluvia, el viento, el sol y hasta alguna granizada que otra, era ilegible.Había que arreglarlo.
Primero una buena lijada a igual que se hizo con la nevera.
Después una imprimación específica para metales. Es muy importante dejar secar los tiempos que indica el fabricante.
El paso siguiente es darle la pintura base. En este caso, como va a estar a la intemperie, no he querido arriesgarme y le he dado pintura para coche en spray.
En vinilo transparente he recortado unas letras que he pegado en la chapa ayudada de una regla y una goma para que no queden resquicios por los que se cuele la pintura. Lo mismo que con el ave, un urogallo.
Lo siguiente es crear un efecto con pinturas de otros colores. Aquí he utilizado beige y amarillo y como con el negro, he usado pintura en spray.
Una vez seco sólo he tenido que quitar los vinilos y listo. Cartel nuevo preparado para aguantar las inclemencias del tiempo.
