Hay muebles que como el patito feo esconden un cisne. Ese era el caso de esta mesa vapuleada por niños y tardes de manicura y café. Oscura y con cicatrices,lo primero que pedía a gritos era un buen lijado.
Con una paletina y un rodillo pequeño de espuma le doy dos manos.
Un cambio de tiradores y esta mesa ha rejuvenecido unos años .
Y como siempre hago con los muebles le aplico cera con una lana de acero muy suavemente para que el acabado sea natural. Creo que os gustará.