miércoles, 9 de diciembre de 2015

De mesilla triste a mesita chic



Otro objeto que mi primo me ha facilitado (es una auténtica mina) y por la que tendrá su recompensa. Se trata de una mesita lacada en poliester de los años 60, con algunos arañazos.



Primero toca lijado, después de quitar los tiradores, para eliminar el brillo; luego, la consabida imprimación para que la nueva pintura luzca en todo su esplendor.
Por último forrar los remates de las patas, que son de latón y pintar. Una vez secas las dos manos, proceder a pintar en plata los remates y los tiradores.
El resultado no puede ser mejor.




Y así queda en su nueva ubicación. Del dormitorio al salón; y ¿por qué no?



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