martes, 5 de abril de 2016

Un remate para el cabecero


Esta pieza era el remate de un mueble oscuro de los que se ponían de pared a pared en los años 60.
Inmediatamente me gustó su forma y ya visualicé dónde lo quería poner. Así que, aprovechando que estaban desmontando el mueble para llevarlo a un punto limpio,me lo quedé.




Después del tratamiento habitual, lijada e imprimación, con un buril caliente dibujé las iniciales mías y de mi marido. Este instrumento, que por cierto compré baratito en el Lidl, quema la madera.
A continuación pinté todo el remate con pintura crema y dí toques de verde oscuro para resaltar las iniciales y algún perfil.




Para terminar le dí una cera nacarada que le aporta un brillo seda que me encanta.





 Una vez colocado en su sitio, no cabe duda de que acerté al llevármelo

lunes, 29 de febrero de 2016

Sifonier con mensaje


Hace tiempo que tengo este sifonier en casa para guardar cosas pequeñas y ya estaba pidiendo a gritos un cambio.



Después de limpiarlo bien y pasarle una lijada suave, le he dado un par de manos de chalk paint blanco.
Una vez seco, he desgastado algunos bordes usando una lija fina.
Con un rotulador permanente marrón he escrito mi mensaje personal. "Pon orden en tu vida, pero deja sitio para la improvisación"




 Y para completar la frase, en cada pomo he escrito una C (de cinturones, calcetines y cosas) y en el último pomo he escrito una interrogación ?



Para finalizar he dado a todo el mueble una mano de cera y le he sacado brillo. Una vez colocado en su sitio queda así de bien.





Saco/mochila urbano


Confeccionar un saco/mochila es muy fácil, incluso para aquellas o aquellos para los que lo de la aguja y el dedal se les resiste.
Necesitamos una tela fuerte a ser posible de tapicería, un cordón grueso que no sea sólo de algodón (que cede) y una tapicería o zapatería a mano para que nos hagan los ojales metálicos.




Este ha sido un encargado de mi hija, que necesitaba una mochila cómoda y con cabida para patear a gusto la ciudad. Una vez cosida le he pegado, a modo de adorno, una pasamanería y he reforzado con trozos de una rodillera (de esas de pegar) las esquinas donde va el ojal para que no se desgarre la tela.



El resultado le ha encantado.