martes, 5 de abril de 2016

Un remate para el cabecero


Esta pieza era el remate de un mueble oscuro de los que se ponían de pared a pared en los años 60.
Inmediatamente me gustó su forma y ya visualicé dónde lo quería poner. Así que, aprovechando que estaban desmontando el mueble para llevarlo a un punto limpio,me lo quedé.




Después del tratamiento habitual, lijada e imprimación, con un buril caliente dibujé las iniciales mías y de mi marido. Este instrumento, que por cierto compré baratito en el Lidl, quema la madera.
A continuación pinté todo el remate con pintura crema y dí toques de verde oscuro para resaltar las iniciales y algún perfil.




Para terminar le dí una cera nacarada que le aporta un brillo seda que me encanta.





 Una vez colocado en su sitio, no cabe duda de que acerté al llevármelo