lunes, 16 de septiembre de 2013

Las sillas azules




Lo que otros ven como algo viejo, yo lo veo como algo con posibilidades. La gente de mi entorno sabe de mis habilidades para dar segundas oportunidades a muebles y objetos. Por ello mi garaje se va convirtiendo en un almacén de “trastos” que esperan su oportunidad. Como estas sillas de caña que llegaron a mí después de ser recogidas junto a un contenedor.






Lo primero que hice fue lavarlas con un cepillo y jabón suave. Sólo con eso ya empecé a ver el cambio.

Antes de decidir el color, pensé con que tela haría los cojines; eso determinaría el estilo. Da la casualidad de que me habían dado una colcha de los años 70 que tenía un bonito diseño y escogí uno de los tonos para pintar las sillas.





Realicé los cojines con un cierre sencillo para poder lavar las fundas ya que iban a estar en el exterior.

Con un retal fui a buscar el color en spray y siguiendo las instrucciones del envase y bien protegida con guantes y mascarilla me puse a pintar.







El resultado es perfecto y quedan estupendamente en mi porche, aunque al ser tan ligeras podrían ir en cualquier ambiente desenfadado.





Espero que os gusten.

Balcón

Balcón de día

Balcón de noche

Lámpara con fotos



Siempre me ha gustado ver fotos antiguas en las que el sepia da una pátina de tiempo y las escenas te trasladan a momentos cotidianos del ayer. Para hacer la pantalla de esta lámpara escogí unas imágenes del Bilbao del siglo pasado, pero vale cualquier foto en cualquier tratamiento (color, sepia, blanco y negro, etc.). La elección determinará el estilo de la lámpara y por tanto el pié elegido debe ir acorde.

Para confeccionar la pantalla es imprescindible que ésta sea de plástico blanco para poder pegar las imágenes. Se hacen varias fotocopias de las fotos buscando el tamaño proporcional a la pantalla. Con cola blanca se pegan  las fotos principales enteras sin que se monten. Esto es muy importante ya que al dar la luz se verán las zonas montadas y quedarán sombras. Este mismo principio se aplicará a todo el trabajo.




En este caso busqué un pie sencillo pero clásico y lo pinté en marfil y dorado antiguo.
Hice las conexiones eléctricas y coloqué la pantalla con las fotos enteras pegadas con el fin de rellenar los espacios con trozos de fotos y que encajasen perfectamente (sin que se monten).Una vez recortados y numerados para no confundirme, quité la pantalla de la lámpara y los pegué.





Una vez que me aseguré de que todas las imágenes estaban secas y bien pegadas les dí un barniz transparente con un pincel muy suave y sin cargar demasiado de barniz (es preferible dar dos capas finas). Una vez respetado el tiempo de secado apliqué un poco de betún de judea muy rebajado para no oscurecer demasiado las fotos y darles un tono sepia.
Pinté los bordes de la pantalla con el mismo tono dorado del pie y volví a montarla para ver el efecto encendida (por si hay que dar algún retoque)



El resultado es una lámpara totalmente original que puede ser un bonito detalle para tu casa o como un exclusivo y personalizado regalo.

Seguro que gustará.


Joyas marinas

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