Siempre me ha gustado ver fotos
antiguas en las que el sepia da una pátina de tiempo y las escenas te trasladan
a momentos cotidianos del ayer. Para hacer la pantalla de esta lámpara escogí
unas imágenes del Bilbao del siglo pasado, pero vale cualquier foto en
cualquier tratamiento (color, sepia, blanco y negro, etc.). La elección
determinará el estilo de la lámpara y por tanto el pié elegido debe ir acorde.
Para confeccionar la pantalla es
imprescindible que ésta sea de plástico blanco para poder pegar las imágenes.
Se hacen varias fotocopias de las fotos buscando el tamaño proporcional a la
pantalla. Con cola blanca se pegan las
fotos principales enteras sin que se monten. Esto es muy importante ya que
al dar la luz se verán las zonas montadas y quedarán sombras. Este mismo
principio se aplicará a todo el trabajo.
En este caso busqué un pie
sencillo pero clásico y lo pinté en marfil y dorado antiguo.
Hice las conexiones eléctricas y
coloqué la pantalla con las fotos enteras pegadas con el fin de rellenar los
espacios con trozos de fotos y que encajasen perfectamente (sin que se
monten).Una vez recortados y numerados para no confundirme, quité la pantalla
de la lámpara y los pegué.
Una vez que me aseguré de que
todas las imágenes estaban secas y bien pegadas les dí un barniz transparente
con un pincel muy suave y sin cargar demasiado de barniz (es preferible dar dos
capas finas). Una vez respetado el tiempo de secado apliqué un poco de betún de
judea muy rebajado para no oscurecer demasiado las fotos y darles un tono
sepia.
Pinté los bordes de la pantalla
con el mismo tono dorado del pie y volví a montarla para ver el efecto
encendida (por si hay que dar algún retoque)
El resultado es una lámpara
totalmente original que puede ser un bonito detalle para tu casa o como un
exclusivo y personalizado regalo.
Seguro que gustará.
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