lunes, 7 de octubre de 2013

Un baúl oriental




Este viejo baúl  había visto mejores tiempos. Quizás guardó las cartas de un amor ausente o los recuerdos de un viaje inolvidable. Puede que escondiera las risas contenidas de un niño jugando al escondite o las cálidas mantas de las tardes de invierno.

Recuperado de la calle por mi hermana Koke y quizás contagiada de mi influencia, decidió darle una nueva vida.




Primero se limpió y desmontó. Una mano de lija y una de imprimación en la parte inferior. A continuación dos manos de pintura rojo chino.
Los herrajes se limpiaron a fondo y se pintaron con pintura negra especial para metales.




La parte superior se forró con papel artesano con caracteres orientales y la madera se lijó dándola una acabado a la cera.



El resultado es una baúl con aire oriental precioso. Lo que mi hermana atesorará en su interior es otra historia.

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