jueves, 26 de noviembre de 2015

Un cesto para la colada


Como ya viene siendo habitual, este cesto apareció junto a un contenedor. Así que, pensando en hacer un regalo para una amiga, me puse manos a la obra.
Lo primero, limpiar bien el cesto, a manguera y con un cepillo y jabón.Como veis al comparar la tapa con el cesto en sí, la diferencia ya es sustancial.


La misma trama del mimbre, separada en rayas, me inspira para teñir unas partes en color roble y pintar otras de blanco






Para terminar, unas conchas pegadas con silicona caliente, le dan un toque marinero y personalizan el cesto



En la foto inferior junto a él otro cesto con la palabra "Lavandería" a punto de cruz. Otro ejemplo de que la ropa sucia puede esperar a ser lavada en un recipiente coqueto.



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