Vais a pensar que me dedico a
pasear por las inmediaciones de los contenedores de basura, pero os aseguro que
las cosas que encuentro siempre son por
casualidad. Así ocurrió con este escabel-balancín, estaba cerca de mi casa y en
malas condiciones, con mugre de siglos y una tela de cuadros que sólo se podía
coger con pinzas.
Lo primero que hice fue arrancar
esa tela y las tachuelas oxidadas con la que estaba sujeta y hacer una limpieza
con estropajo del escabel. Desmonté algunas piezas para facilitar el trabajo y le dí una buena lijada para sacar el color
original de la madera y eliminar las manchas del tiempo.
Decido darle un tinte color
castaño con una sola pasada de brocha para que no oscurezca. Se deja secar y se
aplica dos manos de barniz mate. Lo termino dándole una mano de cera para que
quede un brillo natural.
Preparo la tela reforzándola ya que va a ir
tensa. Compro cinta azul y unas tachuelas color cobre con forma de flor y… es
la hora de tapizar.
Presento la tela y voy tensando y
grapando siguiendo el esquema de cruz que hice con la silla. A continuación
pego la cinta con pegamento para tela y remato poniendo las tachuelas.
Como veis es el complemento ideal
para la renovada butaca de mi cuñado, butaca que, por cierto, también fue
recuperada hace mucho tiempo junto a un contenedor. Pero esa es otra historia.
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